jueves, octubre 22, 2009

Extrañeza en el espacio


Semejanzas. Siempre llama la atención, despierta curiosidad (como comenté en una entrada anterior sobre dos tiras cómicas), encontrarse con similitudes entre un relato y otro, resoluciones parecidas. Algunos casos sorprenden por lo extraordinario, como también escribí hace tiempo sobre algunas películas de Danny Boyle. Gran sorpresa me llevé leyendo el primer libro de la Biblioteca MP de Novela Gráfica, Gilgamesh el Inmortal, Hora Cero, al encontrar un asombroso parecido entre un capítulo de la historieta y Alien (1979), la película dirigida por Ridley Scott y escrita por Dan O’Bannon, quien también era guionista de comic.





Los fanas de la historieta siempre encuentran perlitas, ideas, argumentos o secuencias de alguna historieta que luego aparecen reproducidas en otras historietas, o en películas. En el caso de Alien ya se había hecho notar el parecido de una de sus escenas con otra de Sherlock Time, de Oesterheld y Alberto Breccia. Se trata de la secuencia de Alien en que los astronautas descienden en un planeta y encuentran un cadáver sentado en una especie de sillón, con marcas de un gran daño en su pecho, que es parecida a otra del personaje de HGO, del capítulo que transcurre en la Antártida, donde un grupo encabezado por Sherlock recorre una base extraterrestre, en la que se encuentra con un cadáver sentado en un sillón, cadáver del que emerge, de su interior y abriéndolo al medio, un amenazante ser bípedo, el “tres ojos”, situación y monstruo que inevitablemente remiten a Alien.




En Alien un ser extraterrestre se introduce en una nave que surca el espacio, y uno a uno va eliminando a los tripulantes. En principio ingresa en una forma, si se quiere, larvaria, como una crisálida, adherida a la cara de uno de los hombres, luego de atacarlo surgiendo de uno de los huevos que encuentran en el planeta –la secuencia mencionada anteriormente. Forma que luego dará lugar a una metamorfosis con el ser emergiendo del pecho del tripulante (inolvidable escena), y después el crecimiento hasta transformarse en un gran depredador. Un monstruo bípedo, inteligente y extremadamente fuerte, que además segrega una sustancia ácida que corroe el metal. Avanzado el relato hay una revelación que informa que una orden secreta obligaba a conservar esta forma de vida, para transportarla al planeta Tierra. En el final, después de que toda la tripulación fuera eliminada por el intruso, la sobreviviente Ripley (Sigourney Weaver) se refugia en un extremo de la nave, acorralada, sin salida. Ya con el traje de astronauta puesto, se mueve sigilosamente hasta que, en el momento oportuno, abre la escotilla y el vacío se lleva al monstruo al exterior.






Deshibernación, el capítulo de Gilgamesh recogido en el libro, con guión de Sergio Mulko y dibujo de Lucho Olivera y publicado en la revista D’Artagnan en julio de 1974, presenta un asombroso parecido. Gilgamesh se encuentra atrapado en una nave que surca el espacio. Lo acompaña una bella joven, inconsciente, a la que el Inmortal pone en una cámara de hibernación, que encuentra entera entre muchas otras rotas. Las cámaras tenían como función transportar distintas formas de vida encontradas. En un momento se corta la energía, y Gilgamesh se encuentra cara a cara con un monstruo bípedo que amenaza con atacarlo; de grandes dientes (con tres ojos y parecido al de Sherlock Time), y que segrega una “sustancia extraña que corroe el metal”. Vida latente, que estaba en hibernación, la actividad de Gilgamesh en la nave lo despertó, y desencadenó una metamorfosis, ya que “su anterior forma era la de una tortuga encerrada en sí misma o la de una oruga”. Despertado de su letargo, y tras la transformación, se ha alimentado con los otros seres que transportaba la nave. Gilgamesh debe enfrentarlo, antes de que provoque la muerte de la chica (él es inmortal), y en medio de la lucha tiene oportunidad de accionar la palanca que provoca el vacío en el recinto, eliminando a la bestia.

Llamativas similitudes, que exceden lo argumental. Sorprende por las semejanzas puntuales. Extraño, extraño.




3 comentarios:

oenlao dijo...

genial.

oenlao dijo...

genial: alien, gilgamesh y esta entrada de tu blog.

ARIEL AVILEZ dijo...

Y CON LA TRADICIONAL MESURA PULIDIANA, EL AUTOR DE LA NOTA NO SE PONE A GRITAR "¡PLAGIO! ¡PLAGIO! ¡LOS PIRATAS DEL IMPERIO NOS ROBAN LAS IDEAS"!; SE LIMITA A CERRAR EL TEXTO CON UN MUCHO MÁS CONTUNDENTE "EXTRAÑO, EXTRAÑO".
MAGNÍFICO HALLAZGO, MUCHACHO!

ARIEL AVILEZ